viernes, 14 de noviembre de 2008



El fumador pasivo




Es el sujeto que pese a no consumir directamente productos provenientes de las labores del tabaco aspira las sustancias tóxicas y cancerígenas provenientes de su combustión y propagadas por el humo que desprende la misma.
Numerosos estudios alertando de los peligros para la salud de este tipo de consumo pasivo han llevado a algunas autoridades a prohibir el consumo en público de tabaco para proteger a las personas de los efectos del humo ambiental de los cigarrillos.
Las medidas más restrictivas en la Unión Europea las contemplan Irlanda, Noruega e Italia, en cuyos territorios está sancionado el consumo de tabaco incluso en bares y restaurantes desde el 29 de marzo de 2004 para Irlanda, el 1 de junio de 2004 para Noruega y el 10 de enero de 2005 para Italia.
Medidas similares se aplicaron también en Argentina (octubre de 2006), donde está totalmente prohibido fumar en lugares públicos cerrados. Se prohíbe fumar en los locales de hostelería de más de 100 metros cuadrados, salvo en los casos en los que los dueños del local creen un espacio cerrado para fumadores que no debe superar en ningún caso el 30 por ciento de la superficie del local y no debe ocupar una zona de paso para los clientes no fumadores. En los de menos de esa medida, es decir, la amplia mayoría, los responsables de ellos deben decidir si se permite o no fumar en su interior anunciándolo con un cartel en la entrada del mismo. Se ha criticado duramente la medida española, pues sólo un bajo porcentaje de estos establecimientos se declararon de no fumadores.
Ser un fumador pasivo significa estar aspirando el humo de tabaco ambiental generado por otras personas. El humo secundario es un a mezcla del humo residual que proviene del tabaco en combustión y del humo exhalado por el fumador. Se compone de unas 4000 sustancias químicas de las cuales una gran cantidad causa enfermedades respiratorias y una s 40 son posibles cancerigenas.

No hay comentarios: